La temporada de la NFL está llegando a su fin: solo nos resta el Super Bowl, el “día por el que los fanáticos vivimos”, decía un slogan de una cervecería hace algunos años. Las finales de conferencia nos dejaron sentimientos encontrados. Por un lado todo parece indicar que una de las grandes rivalidades de los últimos años entre dos mariscales de campo ha llegado a su fin: la de Brady-Manning, que en esta ocasión ganó Manning. El partido más parejo de fin de semana nos mostró a un Manning con problemas físicos, y que pese a lanzar trayectorias no tan largas su toque no lo ha perdido. La gran ventaja de él es que sabe leer muy bien a las defensas y se convierte en un coordinador ofensivo en el emparrillado. No tuvo un gran juego pero sí hizo lo suficiente para ganarlo. Mención aparte para la defensiva de Broncos que nunca dejó que Brady tuviera a sus receptores libres y esa presión constante volvió loco al mariscal de los Patriotas. Del lado